El cristal corta fuegos tiene como valor agregado detener la propagación del fuego en un recinto que pueda encontrarse expuesto a la intemperie o no.
Estos se forman mediante un vidrio de borosilicato monolítico de seguridad templado. Individualmente el grosor de los cristales que componen este corta-fuegos pueden ser de los más delgados posibles pero al añadir las capas con el gel especial que les da esta esta característica pueden llegar hasta los 50 mm.
La duración de la resistencia a la exposición del fuego va de 30 hasta 120 minutos dependiendo del modelo.
No se sacrifica la calidad visual o mecánica.
Reducción acústica de hasta 30 decibeles por si solo